lunes, 12 de octubre de 2009

Brasil 3-1 Uruguay, México 70

Antecedentes:

Brasil llegaba al mundial tras una decepcionante Copa del Mundo de Inglaterra 66 donde quedaron eliminados en la Primera Ronda, el equipo tuvo una transformación donde sólo quedaban algunos pocos como Pelé, con Gérson, Rivelino, Tostao y Jairzinho, y en México 70 Brasil estaba teniendo una gran competencia, masacrando a Checoslovaquia, ganándole sin mayores sobresaltos a Inglaterra y Rumania para pasar sobre Perú en cuartos, por lo que llegaban a este partido como favoritos.

El rival en cambio, llegaba calladito, fiel a su estilo, los charrúas no llegaban jugando un fútbol brillante, y sus resultados no habían sido deslumbrantes, empataron con Italia, vencieron a Israel y perdieron con Suecia, en cuartos vencieron a los soviéticos con un gol polémico en tiempos extra.

Además, estaba el ingrediente de que era el primer partido entre ambos en Copa del Mundo tras aquel partido en el Maracaná donde Uruguay se coronó en territorio brasileño venciendo a los cariocas, los jugadores tenían muy presente ese recuerdo y no sólo ellos, la prensa se encargó de recordarlo los días previos al partido.

El partido.

El 17 de junio de 1970, Brasil y Uruguay definían un pase a la gran final en el Estadio Jalisco de Guadalajara. Desde antes que comenzara el partido, se notaba cuál sería el arma charrúa para tratar de frenar a la máquina carioca: la intimidación. En el sorteo de cancha, el capitán uruguayo Ubiñas, según las palabras del árbitro español Ortiz de Mendivil, le dijo al capitán brasileño Carlos Alberto mientras intercambiaban banderines ‘¿te acordás de Maracaná?’. La primera fase de la intimidación uruguaya ya estaba lista, la segunda empezaría desde el silbatazo inicial: Había que frenar a Brasil a como diese lugar, entonces Uruguay marcó la tónica de lo que vendría más adelante, frenarían a los cariocas a base de patadas. Esa identidad uruguaya que los ha marcado a lo largo del tiempo, esa dureza que a veces raya en lo mal intencionado y lo violento, incluso a veces, sin balón. Aunque también, y en honor a la verdad, Brasil respondió incluso de peor manera. Al final del partido, Uruguay cometió 20 faltas contra 22 de Brasil, incluso, Brasil cometió más faltas sobre Luis Cubilla (el más talentoso jugador de Uruguay en ese entonces) que los uruguayos en faltas sobre Pelé y Gérson.

Algo que también sabía el técnico uruguayo es que el corazón del equipo brasileño no era Pelé ni Tostao, si no buena parte para a anular a Brasil era secar completamente a Gérson, y por ello, los charrúas le mandaron marca personal al 8 carioca, y de hecho en la primera parte, jamás pudo recibir el balón para crear alguna jugada de peligro. Uruguay además, traería de nuevo a los viejos fantasmas y un apretón de tuercas a Brasil cuando en una salida fallida de la defensa brasileña, entregaron el balón a Julio Morales que vio a Luis Cubilla del otro lado de la cancha, y Cubilla tocó el balón suavemente, Félix acompañó el viaje del balón como si éste fuese a salir de la cancha, pero se metió en su portería. Uruguay ya ganaba 1-0.

Brasil se desespera, no genera peligro en el arco uruguayo más que a balón parado, y también fue frenado a faltas por los uruguayos cuando era el último recurso, y además, Brasil dentro de su nerviosismo, empezó a perder balones fáciles, mientras Uruguay se sentía como pez en el agua, con su juego canchero al más puro estilo sudamericano. Entonces, poco antes de que acabase el primer tiempo, Gerson habla con Carlos Alberto, y como capitán del equipo, le pide autorización para cambiar su posición con Clodoaldo, el medio de contención que jamás pasaba más allá de la mitad de la cancha, tratando de sorprender a Uruguay. Entonces, Brasil inicia una jugada de ataque, Gerson, que tenía marca personal se queda atrás y Clodoaldo pasa la media cancha sin que los charrúas le presten atención, Tostao y Clodoaldo hacen una pared para romper el cerrojo celeste, Tostao en la banda filtra al área y Clodoaldo le gana la espalda al defensor charrúa más cercano, logra impactar el balón al ángulo de la portería de Mazurkiewicz, y Brasil empataba antes del descanso.

Ya, con el empate, Brasil empezó a recomponer la postura, y entonces se dedicaron a jugar, Pelé empezó a aparecer y junto con él, Jairzinho. Uruguay ya no encontraba una respuesta, ya que si bien siguieron pateando, Brasil ya no caía tan fácil en el juego, aunque también respondió con violencia, el árbitro español no se percató de un codazo que Pelé le propinó a Luis Fontes (quien lo marcó durante todo el juego). Entonces, al minuto 76 de tiempo corrido, Jairzinho interceptó una jugada ofensiva de Uruguay, inicia el contraataque, sede el balón a Pelé y éste sólo toca ligeramente para que el balón le llegase a Tostao en media cancha, Jairzinho siguió el pique que traía desde la intercepción, Tostao lo ve y le filtra un balón que logra Jairzinho recibir, ya con el defensor Matosas fuera de combate y detrás en la carrera, Jairzinho vio a Mazurkiewics salir y le cruza el balón a segundo poste, mortal de necesidad. Brasil por primera vez en el partido se iba adelante, y Jair más adelante, llamaría al gol como ‘el gol de 80 metros’, por el pique que se aventó desde su propia cancha.

Uruguay ya no podía más, quizás cansados por su juego de cuartos que se fue a tiempos extras contra la Unión Soviética, no respondía, a un minuto del final, Carlos Alberto reventaba un balón de su área tratando de desahogar el peligro, un defensor uruguayo ganó por arriba en el centro del campo, pero el rebote le cayó a Tostao que habilitó a Pelé y éste se aventó el pique hasta el área uruguaya, entonces, ya sin compañía sólo con Jair por el otro lado entretuvo a Ubiñas, sólo esperaba a que Rivelino que venía encarrerado llegara, Pelé le tocó la pelota a la media luna del área, y Rivelino fusiló a Mazurkiewicz. Brasil ganaba 3-1 y sentenciaba el partido, y exorcizó al diablo.

Sin embargo quedaba un momento memorable más, Tostao filtró otro balón más, ya con Uruguay exhausto, quedó un gran hueco entre el arquero y su defensa, el balón llegaba entre el hueco entre Mazurkiewicz que salió del área y Pelé que había tomado desprevenida a la defensa charrúa, Pelé viendo la salida del arquero, dejó seguir la pelota y ésta pasó por el lado izquierdo del cuerpo del meta charrúa, Pelé pasó por el lado derecho de éste, comiéndose el charrúa el amague por completo, Pelé llegó al balón ya un tanto acelerado, y como pudo trató de cruzar el balón hacia la portería desguarnecida, un defensor uruguayo trataba de cortar el viaje del balón pasándose de largo, y el balón caprichosamente abandonó la cancha rosando el poste. El gol que jamás entró, pero que ese pedazo de brillantez futbolística marcaría el legado de Pelé. El marcador ya no se movería y Brasil se coronaría unos días más tarde en el Estadio Azteca frente a Italia por 4-1, mientras que Uruguay se conformaría con el cuarto puesto tras perder el juego de consolación contra Alemania Federal.

Alineaciones del partido

Estadio Jalisco de Guadalajara, Jalisco

Asistencia: 52,261

Brasil

1-Félix (Arq.)
2-Brito
3-Piazza
4-Carlos Alberto (Capitán)
5-Clodoaldo
7-Jairzinho
8-Gerson
9-Tostao
10-Pelé
11-Rivelino
16-Everaldo

D.T. Mario Zagallo

Uruguay

1-Ladislao Mazurkiewicz (Arq.)
2-Atilio Ancheta
3-Roberto Matosas
4-Luis Ubiñas (Capitán)
5-Julio Montero
6-Juan Mujica
7-Luis Cubilla
10-Idlio Maneiro (9-Víctor Esparrago al 77)
11-Julio Morales
15-Dagoberto Fontes
20-Julio Cortés

D.T. Juan Holberg

Árbitro: José María Ortiz de Mendivil (España)
Juez de línea 1: Tofik Bakhramov (Unión Soviética)
Juez de línea 2: Ferdinand Marschall (Austria)

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